Habitación abuardillada amplia, calefacción agradabile, decoración peculiar.

La entrada al hotel es confusa y da la impresión de estar cerrado, queda mucho por hacer en la señalización!!! Sinceramente, la organización es un caos, y los servicios a veces son inadecuados, ¡un refresco en esos aspectos haría maravillas!!!

Desayuno con sabor a hogar

El ambiente del hotel es acogedor y te hace sentir como en casa, con una decoración encantadora. La atención del personal fue muy cálida y siempre dispuestos a ayudar. Además, la habitación era amplia y cómoda, perfecta para descansar después de un día de exploración.

Sin embargo, la organización en el servicio dejó un poco que desear. Hubo momentos prolongados de espera para el desayuno, y la limpieza podría ser más meticulosa. Aunque la experiencia fue agradable, esas pequeñas cosas pueden mejorar.

• Ambiente acogedor
• Comida casera
• Atención excepcional

• Conexión wifi inestable
• Calor en la habitación
• Escalones complicados

una experiencia tranquila y auténtica con toques locales

atención excepcional, ambiente acogedor

señalización confusa

Disfruté de la visita a la Ribera del Duero, un lugar perfecto para pasear al lado del río y respirar aire fresco. Las habitaciones tenían un área de estar, lo que es bueno para relajarse después de un día explorando. El desayuno ofrecía opciones atractivas, aunque hubiera preferido algo más variado.

La atención al cliente dejó mucho que desear. La organización no fue la mejor y no había suficiente personal para atender a todos los huéspedes al mismo tiempo.

El hotel resulta bonito, pero la atención fue pésima. Esperamos 1 hora para un desayuno sencillo. Me atrevería a pensar que deberían considerar una segunda persona. Además, esperaba que mi suite fuese upgradeada, pero, claro, debo ser inhibida al respecto. Casi escribo una buena reseña, pero no pude.

La experiencia en el Palacio fue increíble. El momento del desayuno fue un festín, con sabores locales que hacen que uno se sienta en casa. Además, Elena nos recibió con los brazos abiertos y un mosto de bienvenida. La amabilidad de un vecino que nos enseñó el pueblo y nos invitó a su bodega fue la guinda del pastel.

El bar, que también es la recepción, nos dejó un poco confundidos. Hubiera sido genial con más señalización, pero al final, todo brilló y el ambiente del lugar hizo que la confusión se olvidara rápidamente.

cerca de la ribera del duero y el valle del esgueva

me encantó que estaba a un paso de la hermosa Ribera del Duero, perfecta para dar paseos al lado del río, y también, el impresionante Valle del Esgueva, ofreciendo vistas increíbles y un ambiente tranquilo para disfrutar de un día soleado.

el bar era confuso porque era también la recepción. pero la cena española que nos prepararon fue increíble y tenía una vista bonita a la plaza principal. el lugar era tranquilo y seguro para estacionar. el pueblo era muy cuidado y acogedor.

El hotel tiene habitaciones amplias y cómodas, lo cual es un punto a favor. Sin embargo, la atención al cliente podría mejorar, ya que hubo momentos de espera prolongada y la limpieza de la habitación no fue adecuada. En general, es un lugar con potencial para familias que buscan un alojamiento tranquilo.

El trato de Helena fue excelente, pero el Wi-Fi era muy lento.

El entorno es encantador, ideal para pasear. ¡Irene y Helena son un encanto! Disfrutamos de una representación teatral muy divertida y la tranquilidad del pueblo es fabulosa.

La organización fue tan confusa que uno pensaría que está en un juego de escape.

la atención de las propietarias fue espectacular y muy auténtica. el acceso a las habitaciones es complicado.

La habitación muy amplia y cómoda, el trato de Elena fue excelente y la comida muy buena. La presión del agua en la ducha era mínima, lo que fue molesto.